Escritores e ideología
por Marisol Oviaño
Ayer, en el taller de escritura surgió una cuestión: ¿es lícito que un autor ponga su destreza literaria al servicio de una ideología para colárnosla de estranjis sin hacer en ningún momento referencia a ella? (En este caso, hablábamos de la ideología de género).
Aunque el debate era interesante, no nos extendimos demasiado porque había mucho que corregir y, aun así, terminamos una hora más tarde de lo previsto.
Yo defiendo a muerte que los escritores escriban lo que les dé la gana, pero, también, que los críticos deberían desvelar esos trucos que quizá a un lector medio le pasen desapercibidos
leer másFrédéric Beigbeder: la madurez de un grandísimo escritor
por José Carlos Rodrigo Breto
La narrativa francesa vive unos momentos brillantes, afirmación que puede confirmarse con facilidad si repasamos algunos de los nombres que actualmente muestran su pujanza en el mercado editorial europeo: al ya clásico Michel Houellebecq o al nobel Patrick Modiano , se les han unido escritores tan brillantes como Mathias Enard , Emmanuel Carrére , Eric Vuillard , Delphine de Vigan , y Frédéric Beigbeder , entre otros muchos.
El caso de la evolución literaria y el éxito de Frédéric Beigbeder va unido al propio Michel Houellebecq, que además es uno de sus mejores amigos. Hay un paralelismo evidente en sus carreras. Si bien Beigbeder empezó a publicar antes, en 1990, y que su tercera novela El amor dura tres años representó éxito un relativo y fue bien recibida por la crítica, no fue hasta su sexta novela, la célebre 13.99 euros, cuando se consolidó como autor.
leer másEl gran problema de escribir sobre tu familia
por Marisol Oviaño
Fotografía en contexto original: coloradocountyhistory
A una de mis alumnas su suegro le dejó en herencia unos cuadernos en los que él, animado por ella, había escrito su vida.
Él no era escritor, solo un anciano con una personalidad arrolladora que, al quedarse viudo, se puso a escribir para que no se perdieran sus recuerdos. Ahora, años después de su muerte, mi alumna se ha propuesto reconvertir esos apuntes en una novela como homenaje póstumo, sin más objetivo que regalársela a los demás miembros de la familia.
Al principio, el protagonista daba mucho juego, porque era un tipo con mucho desparpajo y salero que combatió en la guerra y que, después, pasó muchas fatigas hasta que consiguió un buen puesto en Madrid. Pero, a raíz de que la estabilidad llega a su vida, solo cuenta cosas intrascendentes y felices: viajes, ascensos, comilonas… La memoria es muy traicionera y suele olvidar lo malo; además, los hombres —los que no son escritores— tienden a guardarse sus problemas y reflexiones para sí mismos. De modo que, a partir de un determinado punto, en las memorias heredadas apenas hay material interesante, y los capítulos de mi alumna resultan muy planos porque no hay conflicto.
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